PRIMER MISTERIO:
EL BAUTISMO DE JESÚS EN EL RÍO JORDÁN.
(Lee Mateo 3,13-17)

Así como Jesús, cada uno de nosotros y nuestro hermano(a) N. hemos sido bautizados. El bautismo nos ha hecho Hijos de Dios, y por lo tanto, herederos de su casa y de su amor. Al morir creemos que volvemos a la casa del Padre para vivir en plenitud nuestra vida de Hijos suyos.
¡Oh, María, dulcísima, consuelo de las almas!, este Misterio te lo ofrecemos por la alegría que nos da el sabernos Hijos de Dios y herederos de su misericordia. Te suplicamos que el alma de nuestro(a) hermano(a) N... y aquellas almas que están en el purgatorio, regresen alegres a la casa del Padre, en donde disfrutarán de la vida plena por siempre. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

SEGUNDO MISTERIO:
LA AUTORREVELACIÓN DE JESÚS EN LAS BODAS DE CANÁ.
(Lee Juan 2,1-12)
Jesús se nos revela en las bodas de Caná, como el que siempre está dispuesto a escuchar a su madre y a socorrer nuestras necesidades. Jesús y María nunca nos dejan solos, aun en los momentos de dolor y necesidad reconocemos su presencia entre nosotros, presencia siempre amorosa y llena de ternura por los que más sufren.
¡Oh, María, dulcísima, consuelo de las almas!, este Misterio te lo ofrecemos por la tranquilidad y la esperanza que nos da el saber que, en compañía de tu Hijo Jesús, siempre estás cerca de nosotros para sostenernos y ayudarnos cuando más lo necesitamos. Te suplicamos que el alma de nuestro(a) hermano(a) N... y todas aquellas que están en el purgatorio sean bendecidas con la dicha de disfrutar de la Vida Eterna. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

TERCER MISTERIO:JESÚS ANUNCIA EL REINO DE DIOS Y NOS INVITA A LA CONVERSIÓN.
(Lee Marcos.1,14-15)

Jesús, mientras estuvo con nosotros, nos anunció la llegada del Reino de Dios que no es otra cosa más que la vida que Dios quiere para todos sus hijos; pero para recibir esta vida era necesario convertirnos, es decir, abrir nuestro corazón a Dios. Hoy, Él sigue invitándonos a abrir las puertas de nuestro corazón y de nuestras familias para que esa vida que Él quiere para todos nosotros, la podamos disfrutar ya desde ahora.
¡Oh, María, dulcísima, consuelo de las almas!, este Misterio te lo ofrecemos en agradecimiento por habernos dado al Hijo de Dios que nos trae una vida nueva y digna para todos. Te suplicamos que el alma de nuestro(a) hermano(a) N... y todas aquellas que están en el purgatorio disfruten en plenitud de esa vida, de ese Reino que Jesús vino a anunciarnos. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

CUARTO MISTERIO:
LA TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS EN EL MONTE TABOR.

(Lee Lucas 9,2-13)

Jesús se llevó al monte Tabor a Pedro, Santiago y Juan para manifestarles plenamente, en el resplandor de su rostro, que Él era el Hijo de Dios. Él quiso mostrarles, desde aquí, lo que verían después al regresar a la casa del Padre. Los apóstoles fueron fieles a la misión confiada y ahora gozan por siempre de aquella experiencia inolvidable que vivieron cuando Jesús se transfiguró en su presencia.
¡Oh, María, dulcísima, consuelo de las almas!, este Misterio te lo ofrecemos por la esperanza que tenemos de que, después de haber cumplido fielmente nuestra misión en esta vida, también contemplaremos cara a cara a tu Hijo Jesús; te suplicamos que el alma de nuestro(a) hermano(a) N... y todas aquellas que están en el purgatorio contemplen ya a nuestro Señor como los apóstoles lo hicieron en el monte Tabor. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
QUINTO MISTERIO:
LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA COMO EXPRESIÓN SACRAMENTAL DEL MISTERIO PASCUAL.

(Lee Marcos 14,12-25)

Jesús se quedó entre nosotros. Lo encontramos en cada uno de nuestros hermanos, principalmente en los que más sufren; pero también lo encontramos, y de manera muy especial, en la Eucaristía. En ella cumple su promesa de estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. En ella también se queda como alimento nuestro para que comamos y bebamos y así, tengamos Vida Eterna .
¡Oh, María, dulcísima, consuelo de las almas!, este Misterio te lo ofrecemos por el agradecimiento que sienten nuestros corazones al saber que tu Hijo se ha quedado con nosotros en la Eucaristía; te suplicamos que el alma de nuestro(a) hermano(a) N... y todas aquellas que están en el purgatorio, que ya desde esta vida se alimentaron del Pan que da la Vida Eterna, vivan para siempre en la presencia de nuestro Padre Celestial. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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