• El Primer Sacramento, el Bautismo, se encuentra en Mateo 28,19 cuando Jesús manda a sus apóstoles a predicar el evangelio y a bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
  • El segundo Sacramento, la Penitencia, se encuentra en Lucas 15,11-31 con la historia del hijo pródigo y en Juan 20, 23 en donde Jesús les dice a sus discípulos: "A quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados, a quienes se los retengáis les quedan retenidos" instituyendo así la confesión con el sacerdote.
  • El Tercer Sacramento, la Comunión, se basa en los acontecimientos de Jesús en la Ultima Cena. Así en Lucas 22,19-20 se dice: "Tomo luego el pan y dadas las gracias lo partió y se lo dio diciendo ‘este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío".
  • El Cuarto Sacramento, la Confirmación, se relaciona con los acontecimientos de Pentecostés. Así leemos en Hechos 8,14-15: "Al enterarsen los apóstoles que estaban en Jerusalén, de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Éstos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos, únicamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús".
  • El Quinto Sacramento, el Matrimonio, es citado en Marcos 10,6-9 : "...Pero desde el comienza de la creación Ellos hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su Madre y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre"
  • El Sexto Sacramento, el Orden Sacerdotal, es citado en Lucas 10,16: "Quien a vosotros escucha, a mi me escucha y quien a vosotros rechaza a mí me rechaza y quien me rechaza a mi, rechaza al que me ha enviado". Otro pasaje de Hechos ( 6,6) habla de la imposión de manos de parte de los apóstoles a otros ministros así: "Los presentaron a los apóstoles y habiendo hecho oración, les impusieron las manos. La Palabra de Dios iba creciendo".
  • Finalmente, el Séptimo Sacramento, La Unción de los Enfermos, es citado en Santiago 5,14-15: "Sufre alguno entre vosotros? Está enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo".
  • Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina (2Tim 4,2).
  • Tu Palabra es lámpara para mis pasos y luz en mi sendero (Sal 119,105). 
  • Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo a quien más amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo se la llevó a su casa (Jn 19,25-27).
  • Dijo María: «Yo soy la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» (Lc 1,38).
  • Yo estoy con ustedes todos los días hasta que se termine este mundo (Mt 28,20).
  • El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día (Jn 6,54).
  • Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame (Mc 8,34).
  • ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida? (Mc 8,36).
  • Ante el nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra y en el abismo. Y que toda lengua proclame que Jesús es el Señor para gloria de Dios Padre (Filip 2,11).
    7. Quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará (Mc 8,35).
  • Si decimos que no tenemos pecado, nos estamos engañando a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros (1Jn 1,8).
  • Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y más grande mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la Ley y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos (Mt 22,37-40).
  • A Dios nadie lo ha visto jamás; pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros (1Jn 4,12).
  • Dios es amor (1Jn 4,8). 
  • Tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no se pierda, sino tenga vida eterna (Jn 3,16)





     

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