¿Por qué los católicos pedimos la intercesión de los santos?

¿Por qué los católicos pedimos la intercesión de los santos?

Queridos hermanos en Cristo:

Muchas veces se nos acusa injustamente a los católicos de ser idólatras por pedirle cosas a los santos o por tener imágenes de ellos. Pero queremos aclarar, con respeto y amor, qué es lo que realmente creemos y hacemos.

En la Iglesia Católica adoramos solo a Dios, uno y trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. A Él damos nuestra alabanza, nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra adoración. A nadie más adoramos. Esto es lo que nos enseñó Jesús y lo que enseña la Iglesia desde sus comienzos.

Entonces, ¿por qué pedimos la intercesión de los santos?

Porque creemos, como dice la Biblia, que los santos ya están en el cielo con Dios (Apocalipsis 7,9-15), y como están vivos en Cristo (Mateo 22,32), pueden interceder por nosotros, es decir, orar por nosotros, así como nosotros oramos los unos por los otros aquí en la tierra.

Así como le pedimos a un amigo o a un pastor que ore por nosotros cuando tenemos una necesidad, también pedimos a los santos que, desde el cielo, oren por nuestras intenciones ante Dios, ya que ellos están más cerca de Él, y su oración es poderosa.

“La oración ferviente del justo tiene mucho poder” (Santiago 5,16).

¿Y qué pasa con las imágenes? No las adoramos. Las usamos como recordatorio visible de personas santas que vivieron para Dios y ahora están con Él. Así como uno tiene fotos de sus seres queridos, así también contemplar una imagen de un santo nos recuerda su ejemplo de fe y nos anima a seguir a Cristo.

El Catecismo de la Iglesia Católica lo explica así:

“La veneración de los santos no es contraria al primer mandamiento, que prohíbe los ídolos. Al contrario, esta veneración manifiesta más plenamente la gloria de Dios” (CIC 2132).

La Biblia también nos habla de cómo los santos en el cielo presentan nuestras oraciones a Dios:

“Los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero, teniendo cada uno un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos.” (Apocalipsis 5,8)

Por eso, cuando decimos “San José, ruega por nosotros”, o “Santa María, intercede por nosotros”, no los estamos adorando ni creyendo que ellos tienen poder propio, sino que les pedimos como hermanos mayores en la fe que presenten nuestras súplicas ante Dios.


En resumen:

Solo Dios es adorado. 

Los santos son nuestros hermanos que están vivos en el cielo.

Les pedimos que oren por nosotros, como le pediríamos a un amigo.

No adoramos imágenes, las usamos como recuerdos y estímulos para la fe.


Pedir la intercesión de los santos no nos aleja de Dios, nos acerca más a Él, porque seguimos caminando en comunidad, como una sola familia de Dios: los que estamos en la tierra, los que están en el cielo y los que están en purificación.

Que el mismo Cristo, que es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2,5), nos una a todos en su amor y verdad. 

Comentarios

Mas Visitadas

Oraciones Poderosas